UN CUENTO DE FINAL
P. Daniel Albarrán
Érase una vez...
Se estaba en la actividad final
de retiros espirituales de sacerdotes.
Eran las once de la mañana.
Se había comenzado con la historia de caín y Abel.
Esta vez era sobre el hermano mayor; Caín.
Era el mayor.
Que8n habría llevado en hombros
al hermano menor: Abel.
Con quién habría jugado
Habría dado de comer
tal vez jugando al ahí viene el avión
buscando que comiera
cuando no habría querido almorzar.
Y, habría llevado a cochuz
jugando al caballito.
Es de suponer risotadas
Carreras
Escondidas
Dejarse alcanzar
Hermano mayor.
Hermano menor.
Sobre eso giró hermosamente
todo el retiro.
Con profunda realidad.
Y, entonces, aprendimos que somos
Hermano mayor
Y hermano menor.
A veces... Aceves...a veces...
Y estábamos al final
en la.misa.
Agradecidos y agradeciendo.
Y se daba gracias por las
evas implícitas
Y los adanes
Que hicieron que como estuviésemos
En aquel jardín: cada parroquia que aportó lo que aportó
Las evas que cocinaron,sirvieron en el Orenzana.
Bajaba el sol en aquel mediodía
Y hacía parecer que hasta el sol
era el hermano mayor que nos llevaba en brazos.
Y, colorín colorado;este cuento se ha acabado.
Fin
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