UN CUENTO DE LO MISMO
P. Daniel Albarrán
Érase una vez...
Las gentes estaban asustadas,
confundidas,
preocupadas.
En pocas palabras:
"atribuladas".
Y, una idea estaba de moda:
"pandemia".
Y, esa palabrita
hacía temblar las piernas
de susto.
Entonces, iban apareciendo
los profetas de todo tipo:
-- los de malos augurios
-- los de apocalípticos
-- los de conocedores de la Biblia y sus textos
-- los enviados por Dios
-- los de llamadores a la conversión
-- los de anuncios según Nostradamus
-- los de fin de mundo
-- los de rezos y rezanderos
Y, un sin fin de sin fin
de oficios y tendencias.
Y, todo hacía más
preocupante
la situación.
Y, para colocarnos
también en una de tendencias,
solo digamos,
lo que se nos cuenta
que Jesús dijo,
allá en el Huerto:
«Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba,
-- hágase tu voluntad».
Sin saber más.
Y, sin saber.
Y, colorín colorado; este cuento se ha acabado.
Fin
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